Focusing from the time of his electoral defeat in July 1945 until the end of his second term as Prime Minister (October 1951-April 1955), this article examines the impact the Commonwealth had on Churchill’s Europe. Following the end of the Second World War Churchill’s Europe was fragile, yet not broken beyond all repair. Rather than weaken world organisations, such as the United Nations or a united post-war Europe, Churchill argued that the British Commonwealth would strengthen such liaisons. Analysing Churchill’s key relationships with the heads of the Commonwealth, reveal him to have been a true European – where security and democracy took precedence. His realism and pragmatism in the face of ever-changing, everevolving world-wide post-war alliances, where the Commonwealth arguably played a significant role, offers a stark contrast to the more common image of Churchill the “die-hard” imperialist. ; Centrándonos en el periodo de tiempo comprendido entre la derrota electoral en julio de 1945 hasta el final del segundo mandato como primer ministro de Winston Churchill, este artículo examina el impacto que la Commonwealth tuvo en la Europa de Churchill. Después de la Segunda Guerra Mundial la Europa de Churchill era frágil, pero no aún no estaba descompuesta y sin remedio. Lejos de debilitar las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas o la Europa unida de la postguerra, Churchill defendió que la Commonwealth reforzaría dichas relaciones. Analizando las relaciones fundamentales entre Churchill y los dirigentes de la Commonwealth, revelan que Churchill fue un verdadero europeo, para quien la seguridad y la democracia tienen prioridad. Su realismo y pragmatismo ante las alianzas internacionales de la postguerra, que se caracterizaban por ser siempre cambiantes y en continua evolución y en las que la Commonwealth desempeñaba un papel importante, ofrecían un duro contraste a la imagen común de Churchill, la de un imperialista rígido y tradicional.