Desde Ciudad Collage, Rowe promueve un bricolage urbano en el que no se destruye la ciudad antigua para dar paso a la moderna. Propone un collage en el que tienen cabida el orden y el desorden, lo permanente y el azar, lo simple y lo complejo, lo privado y lo público, la utopía y la tradición. El resultado será una ciudad en el que se combinan elementos de diferentes épocas y culturas, estableciendo una dialéctica entre pasado y futuro y reciclando aquello que, perdida su función y gracias al contexto, toma un nuevo uso y cambia de significado. Las instituciones artísticas (museos, exposiciones, teatros, salas de conciertos, festivales) nunca han sido meros contenedores de obras de arte. Obtienen su poder simbólico y legitimidad social del hecho de que celebran, encarnan y promulgan las categorías y valores fundamentales de una sociedad. Tienen un impacto en ellas la conducta y el comportamiento de las personas, moldeándolo de acuerdo con los conceptos y valores fundamentales de las sociedades a las que pertenecen. Es por ello que, partiendo de la reflexión de Dorothea Von Hantelmann en What is the new ritual space for the 21st century, y con el fin de crear un espacio apto para las nuevas narrativas, se trata de repasar las fortalezas y debilidades de aquellos que fueron nuestros espacios de ritual a lo largo de los siglos (el teatro, la iglesia y el museo) con el fin de crear un collage que unifique la esencia de cada uno. Se crea así un especie de contenedor cultural cuasisagrado, situado en en un contexto en el que aparentemente, no hay lugar para más arquitectura.