El Hospital General de Atocha en Madrid, un gran edificio en busca de autor: las intervenciones de Ventura Rodríguez, José de Hermosilla y Francisco Sabatini

Las consecuencias que tuvo para Madrid la Regalía de Aposentos dictada por Felipe III, por la cual se obligaba a los habitantes a reservar para los funcionarios de la Corona las plantas superiores de sus casas, son hoy conocidas de todos, porque dando los madrileños prueba de picaresca construyeron sus casas, desde ese momento, con una única planta con el fin de quedar excluidos de tal obligación, y entonces las llamadas casas a la malicia dieron a la capital del Imperio de los Austria un singular aspecto pueblerino. Con estas palabras, Julián Gállego comentaba (1), hace años, las repercusione... Mehr ...

Verfasser: Sambricio, Carlos
Dokumenttyp: Artikel
Erscheinungsdatum: 1982
Verlag/Hrsg.: E.T.S. Arquitectura (UPM)
Schlagwörter: Arquitectura
Sprache: Spanish
Permalink: https://search.fid-benelux.de/Record/base-27660268
Datenquelle: BASE; Originalkatalog
Powered By: BASE
Link(s) : https://oa.upm.es/1601/

Las consecuencias que tuvo para Madrid la Regalía de Aposentos dictada por Felipe III, por la cual se obligaba a los habitantes a reservar para los funcionarios de la Corona las plantas superiores de sus casas, son hoy conocidas de todos, porque dando los madrileños prueba de picaresca construyeron sus casas, desde ese momento, con una única planta con el fin de quedar excluidos de tal obligación, y entonces las llamadas casas a la malicia dieron a la capital del Imperio de los Austria un singular aspecto pueblerino. Con estas palabras, Julián Gállego comentaba (1), hace años, las repercusiones que tuvo la Regalía de Aposentos tanto en la trama urbana como en su imagen de una ciudad capital, de manera que comparar cualquiera de las grandes ciudades europeas de estos años con la imagen que ofrecía la capital del Imperio Español resulta sin ninguna duda, ridículo. Carente de trazados urbanos monumentales y de viviendas que confiriesen a las calles de la ciudad un aspecto similar al de París, Londres o Roma, resultó además que Felipe IV, temeroso de los grandes señores, llegó a prohibir la construcción de grandes palacios aristocráticos (como fue el caso de la ampliación del palacio de Uceda) puesto que éstos, por su volumen e incidencia en la trama urbana, podían obscurecer el Alcázar del monarca (2). Pero hubo, además, dentro de las normas edilicicas una que precisaba cómo la altura de las viviendas no podían superar a la de sus vecinas iglesias, con lo que Madrid, capital todavía imperial, dudosamente podía ofrecer una imagen de gran ciudad, y sólo pueden destacarse como construcciones notables por su incidencia en la trama urbana el Palacio del Buen Retiro y el viejo Alcázar de los Austria.