Resumen La imagen común de un empresario es la de un líder solitario, a la cabeza de un pequeño emprendimiento, avanzando contra viento y marea. Aquí investigamos cómo los empresarios van más allá de esa imagen pues forman comunidades de emprendimiento y son también agentes de transformación institucional y tecnológica. Usamos la Tripe Hélice como un marco conceptual. Nuestro asidero empírico es el sector energético holandés. Este sector depende principalmente del gas natural pero esta coyuntura nos permitió estudiar dos casos en que los empresarios impulsaron la adopción de fuentes de energía renovables. Nuestros resultados revelan dos características generales del emprendimiento en la Triple Hélice. En primer lugar, las empresas privadas independientes no reflejan a los empresarios en general. Segundo, las redes de varios empresarios son mucho más comunes y mucho más complejas de lo que se suele anticipar. Más específicamente, encontramos que el sistema de energía holandés va desarrollando por caminos divergentes. Mientras que en el caso de Aardwarmte Den Haag, varios actores clave colaboraron para realizar una tecnología específica, en el caso de LochemEnergie vemos un enfoque de proyecto a proyecto respaldado por subsidios. En ambos casos, una variedad de empresarios impulsa el desarrollo del sector; sin embargo, el accidente de quien cuenta con recursos determina la centralidad de uno u otro empresario en la red resultante. Los empresarios en tal configuración requieren habilidades especializadas, incluidas la capacidad de interactuar con su red (de conocimiento), identificar vacíos, atraer nuevos participantes y motivar a los participantes nuevos y existentes. Los empresarios que manejan estas redes navegan sistemas socio-tecnológicos verdaderamente complejos. A medida que el desarrollo de las iniciativas energéticas locales se desarrolla, los empresarios deben ser flexibles y abiertos a cambios organizacionales. Si bien las grandes organizaciones, como los municipios o las grandes empresas ...